Estábamos (Miguel) en la cola pá cobrar el desempleo nasional, en Málaga, estaba detrás mía y llegan dos del Lugar y disen: “hemos estao en el sindicato pá sellar y están preguntando a tó el que llega la edá.
-“Iiia, entonses, -dise el Mamino-… y ¡ yo no sé la edá que tengo!”
-¿Tú no sabes la edá que tienes?
- No, que no la sé
-Pues yo sé la edá que tienes: 47 años. (Era un año má chico que yo)
Al ratillo:
- “47 m’has dicho, ¿no?
Bueno, cobramos y vamos a sellar y luego no preguntaron la edá siquiera.
Y cuando al rato me dise:
¿Cuántos me diistes que eran?”… Ya no se acordaba.
Una ves tenía un guarrillo pá matá – contaba Miguel el de Juan Losano- y lo llamó pá la matansa, pero hasía falta otro.
-Bueno, llamamos a Bastianillo el Mono, que vivía enfrente.
-No, a ese no, que se lo pidió a mi mujer y tengo yo que matarlo.
-Ya lo creo, vas tú a haserle caso a esas tonterías. Y se le llamó.
Cuando terminó de arreglar el guarro le cortó los solomillos y le dise al muer:
-Toma y lleva esto ancá Bastian.
-Pero, chiquillo, no lo ibas a matá
-Hombre, ¡tiene un niño chico!
Y le mandó lo meor del guarro.
Transacripción: Luis Torremocha
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