-Vamos a ver, Vd. tiene una multa aquí de 1000 ptas y, si no la paga Vd. en sinco días, va ir a la carsel.
-De esa manera
-De esa manera
-Y ¿por qué?
-Yo no sé. Vd. tiene esa multa…
Me fui pá mi casa y le escribo a mi Juan contándole… y es que mi Juan, sin yo saberlo había echao, también, con los guevos un poquillo de harina y yo no m’había enterao.
Me sitaron otra ves y había un guardia que era de Cauche y áquel m’honró.
-Vamos a ver, Vd. tiene una multa de fiscalía.
-Sí, eso me dío el guardia el gordo.
-Bueno, a Vd. lo pillaron vendiendo harina u algo
-No, yo no sabia ná…es que mi ío echó un poco de harina…y él está en la mili.
-Bueno, pues Vd. se va a su casa tranquilo, que no tiene que preocuparse por esto. -Cuando venga su ío que lo pague él…
Y es que su ío lo había arreglao allí…, hasta lo castigaron. Entonses las multas de fiscalía se pagaban en la mili, en el calaboso.
Transcripción: Luis Torremocha
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