Jeromo tuvo un percanse con Bastián Gallito. Gallito s’había quitao el sombrero porque corría aire en la loma, estaba metío en una retama hasiendo de páaro, porque cantaba como los páaros, se le movía el pelo, asomó el otro y le largó un tiro y le hiso un plomeo… por poco, ya ves, lo mata. Gallito:
_ ¡Ay, que m’has matao!
-Ay, Bastian que me paresistes un páaro
-Pero, chiquillo, ¡¿en qué me paresco yo a un páaro?!
Empesó Jeromo a sacarle con la puntilla de la navaa los plomos, mientras le desía:
-Esto, hombre, no es ná.
Cuando ya espacharon le dise Bastián:
-¿Tú t’has fiao que mientras me estabas sacando los plomos yo tenía l’escopeta trincá?
-Pó sí que es verdá que la tenías
-Yo m’estaba disiendo “conforme sienta los humillos de la muerte, l’agonía, se la vasio en la cabeza”.
Un hermano de Jeromo se casó con Dolores, l’hermana de Miguelito el Barbero, se fue a vivir a Colmenar y también vivió de la silla.
Otro se fue a Australia y trao perras y desían: “anda, qu’has andao má que Tabarrito
Transcripción: Luis Torremocha