Otro Frasquito, que estaba loco, en el hospital le pusieron “libertá”, se escapaba tós los días.
Un día estaba uno, con mala reputasión, sentao en El Casino, con má gente:
-Estás má gordillo, tienes cara de tosino... ¡cara de guarro es lo que tienes!
-Vaya hombre, el loco éste.
Se le metió en la cabeza que era novio de aquella boticaria que se llamaba Da. Mª Dolores Ayllón. Se ponía en la mesa y con los cables de la lú hablaba con ella por teléfono.
La madre se lo achacaba a que se la meneaba mucho y le desía: “¡¡ay, qué mano derecha!!
Y él desía: “yo cuando me casé la llevaba lareá y lareá la tengo… y moriré con ella lareá…” Lo pasó mu malamente, estaban mu mal. Cebó una guarra, ellos estuvieron sin comer apenas, pero a la guarra la pusieron mu gorda. Cuando la mató se comió una morsilla como un anterrollo, con pan.., ¡una morsilla bien grande! Le dió un cólico y se iba a morir. Fueron a Colmenar por el médico, claro, el que fue por el médico le dío lo que había pasao, que s’había comío una morsilla grande y aquello era lo que tenía.
El médico lo estuvo reconosiendo: “pero, hombre, ¡quién piensa comerse una morsilla como un anterrollo!
“Cudiao, ni en Sevilla, ni en Madrid, ni en Barselona, méicos como éste ¡qué va haber!… cómo sabe el hombre éste que me comío una morsilla”.
Transcripción: Luis Torremocha
No hay comentarios:
Publicar un comentario