“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Aquellas condiciones…

En los tajos la gente, trabaando de sol a sol, no tenían ná má que un coscurrón de pan, vinagre y aseite. Cuando la cosilla estaba meor se llevaban una latilla d’ atún y un plátano… pá comérselo. Disen que la muer de uno de los señoritos desía: “mientras veamos latillas d’ atún y cáscaras de plátano en los hatos, ¡¡estamos arreglaos!!
En El Día del Señor se traían dos curas y hasta tres -que pá Paco Cocurito era lo má bonito del mundo- y las mu principales iban a recibirlos a pié de púlpito, después del sermón.
Yo (Miguel) también tuve que besarle el anillo al obispo, estaba en una obra..., hasta lo ensayamos.
Cuando venían a misa los caballos de los señoritos echaban chispa con el empedrao y ellos mirando al cielo. Los amarraban en el Llanete, hasta que el alcalde lo quitó… esa fue una proesa del alcalde… y es que lo que quería era ponerse en el lugar de ellos.

Transcripción: Luis Torremocha

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