Juan Hierro no había matado nunca y su hijo, con el que el estaba chocho, nunca había probado el jamón. Un día, en la comía de la era, iba jamón y lo comió el chavea:
* Upá,¿ esto que es, que está tan bueno?
* Amón, hío.
Le dio tanta pena que se propuso cebar uno. Compró un guarrillo al destete, con la yerba, los desperdicios y arrimándole algo consiguió engordarlo y lo mató en su casa: Pa que su niño comiera jamón.
El alcalde, Pepe Malaguita., que se entera y un día se hizo encontradizo y le dice
-Hombre, Juan. Yo te tengo por un hombre formal y esos derechillos hay que pagarlos…
- Bueno, ya los pagaremos…
Otro día que se ven solos en el Puerto del Moral y el alcalde:
* ¡¡Hombre toavía no has pagao!!
* Mira, Pepe. Yo no he pagao y le contó la historia de su niño, rematándolo con:
* ¡Y mu lo vamos a comer y ya está.!
* Entonces es por cojones
* Eso mismo que has dicho, por cojones. Pepe.
¡Arre mulo.!
Durante un tiempo se hacían unos trabajos para el pueblo, que se les llamaba prestación personal. Unos ponía las bestias, otros herramientas, otros sus brazos.
Fue convocado Juan Hierro y se presentó al alcalde.
-¿Pa qué soy citao yo?
-Tienes que ir a echar un dia en el carril de El Chorro.
- ¿Y quien paga por la noche?
- Nadie, si eso es una contribución de cá uno
- Ah, pó yo no voy a ningún trabao que no pagan.
Se hizo cazaor de pajarillos… tuvieron que decirle que su mujer era alérgica para destetarlo de los pajarillos. Tenía un pajarillo que era un buenísimo reclamo. Se fue un día a la fuente La Teja. Lo preparó, la jaula, algunas taramillas y se escondió… Y ná, que el pajarillo no cantaba. Fue a ver y se encontró una culebra dentro que se había tragaos el pajarillo y no podía salir de la jaula. Rabioso, cogió un navajón que llevaba y la hizo cachitos, así. (Señala la punta de un dedo.)
Transcripción: Luis Torremocha.
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