Iba una vez a los rastroos, con las bestias, subío, y la mula empesó a pegar saltos, con ganas de tirarlo. Él se lió a perrillasos con ella, se baó y le pagaba y le desía: “¡¡so, mula!! no me caío nunca de la de mi abuela, me voy a caer ahora de la de mis entrañas. (Quería desir que no s’había caío nunca de una mula).
Cuando era novio de su muer la convenció… él saltaba por la casa La Chata y entró.
Rafaela se dió cuenta y empesó a pelearle a los dos, a él má qu’a ella. Les dío de tó.
Juan cuando lo contaba desía “yo iba a desirle: ‘¡anda!, que t’has casao má que un sacamuelas’. (Hablas mas qu’un sacamuelas).
Me pregunta un día:
- ¿Antonio, tú estas fio?
- Yo sí
-Yo les digo a mi ente.” chiquillos haserse fíos” y me disen ” yo voy a trabaar por mi cuenta”.
A ellos le parese que tó la juente es orégano.
Una noche estaba borracho y se estaba peleando conmigo (Miguel) y mi cuñao…
Al otro día:
-“Chiquillo, anoche te querías pelear conmigo y mi cuñao”...
-Que va, contigo, hombre, qué va… Es que tenía un dolor… m’harté d’ aguardiente porque era un dolor de muelas que no podía ni rabiar.
Transcripción: Luis Torremocha