“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Personaladades de El Lugar. Salvaor el de Las Parra

Iba Salvaor por el mercao central, los alreeores, por Felis Saens, que había munchas putillas y se le pegó una:
-Abuelo, abuelo, ¿echamos un polvito?
-Presisamente acabo d´echarlo en mi casa.

Lo hisieron barrendero, y lo que pasa, el primer día barrió to lo que le dió tiempo.
El capatás:
-Lo ha hecho Vd. mu bien. Mañana haga Vd. el favor, esa calle colindante también.
Y la barrió también.
Al otro día otra calle. Era por la plasa toros, hasia El Palo. Al otro día le encomienda otra.
Salvaor que le dise al capatás:
-¡Bueno, hombre, m´han dicho que en Almería hay calles por barrer también!

Le dieron su uniforme, con gorrilla asul y tó. Un día lo veo (Miguel):
-Vamos a tomar unas copillas.
-Ah, no, tengo el tiempo justillo para llegar al trabao.
-¡No t´he visto con el uniforme!
-¡¡Po si quieres te mando un par de retratos!!
A los má o menos días lo veo otras ves y llevaba la gorrilla y me dise:
-¡¡Mírame bien, hombre, y jártate de verme!!

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Juan Galán

Unas ves le dío Ibalto a Juan Galán:
-He hecho una cubierta, de esparto, -porque Juan Galán se dedicaba a haser cubiertas de esparto-, una cubierta meor que las que tú hases
-¿Meor que las mías?
-¡Meor que las tuyas!. ¿Las quieres ver? –Eso fue en el mataero, yo (Miguel) estaba allí de obras-; ahora las vas a ver.
Fue a su casa y trao las cubiertas.
Juan Galán:
“Ah, muy bien hechas que están, pero, como estás mu sordo y no me escuchas, te digo:
“Ibalto, Ibaltillo, Ibaltón...” y este se meaba de risa… Y eso que cuando escuchaba que le desían Ibalto se peleaba con el que fuera.

Era Ibalto mu exagerao. Tenía una taberna, allí, en El Calvario y estaban hablando de asetunas, de asetunas en agua:
-Hay que ver las primeras lo buenas que están… y salta Ibalto –estaba comiendo él y su muer-:
“Las asetunas no hay nadie que le guste como a nosotros. Dies o dose fanegas en agua tos los años.
La muer le pegó un tironaso a la olla y:
“¡ Ná menos!,...comemos algunas porque mi papá me da una ollilla!

Le pasó un camión porsima y no le pasó ná: un botón del chaleco se le partió. Lo había tirao el mulo, que se espantó, y cayó atravesao en la carretera y le pasó el pegaso porsima y él desía:
-Me pasaron las cuatro rueas porsima
-Las cuatro no pué ser. Te pasarían la d´adelante y la d´atrás
-No, no, las ¡cuatro! Yo tenga la ventaa de que me hincho y… no digo un camión, ¡una planchadora de esas!... y no me pasa ná…Yo salí limpiándome el polvo
El chofer, tó apurao, me dise:
-¿L´ha pasao algo?
-A mí ná.

Una ves (Juan Marin dixit) estaba Juan Galan queándose:
“¡Ayy, no haseis caso d’uno, que sus’ e criao y no haseis caso del padre… a once!”…-Ya ves, estaban enmayaos- y le dise uno d’ellos:
“Sí, sí, como tu mus’as criao, crío yo un regimiento: ¡¡encueros, escalsos y enmayaos!!”

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Escenas tras la toma del pueblo

Cuando entraron las tropas de Franco en El Lugar no prendieron a nadie. Desde luego había poca gente,… los cuatro de derechas, todos se habían ido: Unos temiéndole a los que había, otros a los que llegaban.
Al subir por la verea del molino había cartillas de El Centro rajás…color rosa las tapas, las dejaban en el Centro para cotisar una gorda…estaban rotas muchísimas.
Alguien cayó en la cuenta que aquello delataría, porque también era pecado pertenecer a El Centro…
Tenían en las puertas de toas las casas media cuartilla clavada con chinchetas que resaban: “Hay que respetar esta casa por ser personas de orden”
Y es que no prendieron a nadie. La gente decía: “Ya veremos, esto es hasiendo una llamá”
El comandante de puesto, el sargento de las Vendas, por las que llevaba en los pantalones, como los regulares, desía: ¡“Y es que los fasistas no son tan malos, ahora, cuando yo me vaya, os enterareis”!
A los dos meses se fue y vino Aguado, algo roete, de familia de rojos y el cabo Hernández, eran apañaos y la cosa no fue muy mal…Entonces alguien los denunció por que no hacían justicia… tal y cual, y se los llevaron al cuartel de la Falange que estaba en la casa de Agustín Colita, que tenía un atravesaño en el cuerpo casa, una lazá de hierro para colgar la romana pá pesar y los colgaron de allí, atados de las patas, le arrearon castaña. A uno menos que otro, porque era hermano del alcalde.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Escenas tras la toma del pueblo

Cuando entraron las tropas de Franco en El Lugar no prendieron a nadie. Desde luego había poca gente,… los cuatro de derechas, todos se habían ido. Unos temiéndole a los que había, otros a los que llegaban
Al subir por la verea del molino había cartillas de El Centro rajás…color rosa las tapas, las dejaban en el Centro para cotisar una gorda…estaban rotas muchísimas.
Alguien cayó en la cuenta que aquello delataría, porque también era pecado pertenecer a El Centro…
Tenían en las puertas de toas las casas media cuartilla clavada con chinchetas que resaban: “Hay que respetar esta casa por ser personas de orden”
Y es que no prendieron a nadie. La gente decía: “Ya veremos, esto es hasiendo una llamá”
El comandante de puesto, el sargento de las Vendas, por las que llevaba en los pantalones, como los regulares, desía: ¡“Y es que los fassistas no son tan malos, ahora, cuando yo me vaya, os enterareis”!
A los dos meses se fue y vino Aguado, algo roete, de familia de rojos y el cabo Hernández, eran apañaos y la cosa no fue muy mal…Entonces alguien los denunció por que no hacían justicia… tal y cual, y se los llevaron al cuartel de la Falange que estaba en la casa de Agustín Colita, que tenía un atravesaño en el cuerpo casa, una lazá de hierro para colgar la romana pá pesar y los colgaron de allí, atados de las patas, le arrearon castaña. A uno menos que otro, porque era hermano del alcalde.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: De noviazgos y Mi mujer dos y…

De noviazgos

Los Oveas, na mas que no tardaban en casarse. Juan, anda que fue na má que tres días novio de su mujer: tó la vía... Le hablaba tendío, por las rajas que tenía la puerta por abao. Tendría ya 50 años. Se casaron tos cuando ya les faltó la madre.


Antonio, se lo dío a toas. Un día se pegó a Pepa, toa la callerral abao, hasta la casa de Almansa, mu pegaito, sin desir ni pío, con hipo, como bebío. Entonses Pepa:
-Mira, chiquillo, si me quieres desir algo, vete al casino y te tomas antes un café cargaito y lo que tengas que desir me lo dises

A uno que hablaba con su novia por la ventana alta, subío en unas escaleras, se la quitaban y se queaba colgao de la ventana.


Mi mujer dos y…

Años 50, todo tipo de estrecheses: “polvo sudor y lágrimas” pero sobre todo ¡Hambre!:
Manuel en la taberna, cabizbajo, pensativo, triste. Él siempre ocurrente a pesar de los tiempos que corrían…
¡Chiquillo!, Manuel, ¿qué te pasa hoy?
“Tate callao… soy el hombre más desgraiao del mundo.
Mi mujer ha tenío dos y… la guarra uno”

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: “La Palanca” y Los de las Parras, los “Anafes” y Juan Colores

“La Palanca”

Dos hermanos, Frasquito y Juan, estaban hasiendo un poso y prendieron a Juan, porque había cogío una noche a la “Palanca” y se la echó al cuadril… la Palanca era ía del Canito y estaba junta con Periqués.
Uno de los dos, Frasquito, se quedaba allí de noche, guardando las herramientas y eso.
Por la mañana que no venía…, que no llegaba… y ya le dío Juan Chicón:
-Tu Juan está preso
-¡Preso!, ¡preso!, ¿por qué?, ¿qu’ha hecho?
-Cogió a La Palanca, pero pataleando ella s’ habia escapaos y se fue al cuartel, a denunciarlo.
- Y La Palanca, ¡me cago en dios!, no s’ha casao en estos ríos hasta con los sapos.


Los de las Parras, los “Anafes” y Juan Colores


Estaba Miguelillo Mancebo y Frasco. Miguelillo lleva muchos años en el manicomio. Frasco era un granuilla, se reía uno con él. Se ponía en la puerta del casino, lloviera o no lloviera…frente al reloj y cuando daba la 1ª campaná de las 12, volando pá su casa.
Se lo llevaron al Servicio, a Melilla y desía que había ío en una tabla(en cubierta)
Anafes, una ve y otra ves… y otra ves…, los Anafes auténticos, el Antoñuelo, a Frasco:
-Fuiste en una tabla a Melilla, mira que…vaya viae que echastes.
Frasco un día s’hartó y le dío¡¡A-NA-FES!!y ya toa la familia fue A-na-fes.

Había tres o cuatro mueres con las mueres de los guardias, una de ellas la madre de los Anafes, Ägueda. Juan Colores vivía en frente del cuartel. Estaba un día en su puerta, con un sombrero palma del año antes…, estaba presioso!.., se lo había encontrao en La Huerta.
Pasaron las mueres que venían de lavar y lo miraron:
-¿Quién es el del sombrero?
-Agueda: no lo veis… el Feo Colores.
Juan la oyó y la que lió:
-Va a desir el Feo Colores, la mare que la parió, no s’ha fiao en esos íos que tiene con las narices que paresen carretes partíos… (Es que eran chatungos).


Transcripción: Luis Torremocha.

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Las “ensalaillas” y Los Chumbos

Las “ensalaillas”

Antonio y Juan Colores le gustaban la “ensalaillas” de forma totalmente contrapuesta.: mucha sal y mucho vinagre Antonio y Juan tó lo contrario y acababan peleándose, aunque al final la hacían como quería Antonio. Y otro de los presentes, que tenía los ojos muy coloraos, como ensangrentaos, los asusaba y entonses Juan, mirándolo atravesadamente, le espetaba:
- Míralo, con esos ojos que paresen dos higos de carne de toro.


Los Chumbos

Tenia Frasco unas chumberas en la huerta y un pariente, el padre del Nene, le dijo:
-Me hacia falta ir por unos chumbillos pa los muchachos, pariente.
-Ve por ellos, coge los que quieras.
Pero en la finca estaba el hermano del amo y no hacia ná má que protestar a su alrededor mientras que el pariente los recogía.
Venga a pelear, venga a pelear...
Entonses, el otro, los que llevaba recogíos, harto, enritao, los vasió disiéndole.
- ¡Ahí los tienes!.. ¡Y te los metes en los guevos!
Y es que ya los tenía vendios, a escondidas, a uno para la feria de El “Entreicho.”
Por cierto, que este cargó unos cuántos capachos y toavía no l’an dao una gorda.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: La Pirinaica

Ponían La Pirináica en El Casino y ni Miguel ni María sabían ná, a la entrá de la escalera, la radio, y unos pocos, allí, escuchando, y estaba una noche hablando de Rusia… que habían hecho unos presupuestos para construir un pantano… o no sé qué cosa, por no sé cuantos millones de rublos y dice Miguel: “anda que trillan con tablas.” Había entendido rulos.
Otra vez desían en la Pirenaica que a Franco le esperaba la horca y la tumba y desía el Mellizo: “Eso de la horca es que va a ir a bacinar…eso no tiene que ver con ná…”
Otra noche estaba yo (Antonio), después de salir de la cárcel, buscando La Pirináica y era mu difícil. A mi papá le gustaba escucharla, pero después de yo estar preso le daba susto y va y me dise: “sí, sí, ponla que ahora con poco son se baila”.
A aquel Manuel, el capatás, estuvo preso por eso, lo pillaron con su hermano, que era rojo, escuchándola. Manuel era de derechas. De la Falange de las Arcas, de tu tía Juana (Juana Duran) y aquella ente… él había ío a ver a su hermano… y lo pillaron. En la cárcel lo iban matar. Él desía: “ cudiao con haberme traío a mí aquí , a mí me gusta el Caudillo…”. En el calabozo no se cabía y pá ir a orinar de noche, a conciencia, chiquillo, los presos, unos pisotasos le daban…” este carretero mierda, a qué habrá venío aquí…” y ya Ramón el del Puerto La Horca, que eran vecinos, le dío: “mira, tu seas lo que seas, te estás callaito, te hases el rojo, si no te matan…”, y ya cambió y lo dearon.
Con la pirenaica… hasta que el guardia Casanova lo prohibió.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: La muerte de Franco… y otras precauciones

Cuando yo (Miguel) trabajaba en el campogol, en el año 75,-¿no fue el 75 cuando murió Franco?- había uno de ahí, del Puertolatorre, ¡un tonto!, allí le desían “El Gorrilla.” Tenía una gorrilla de hule y jugaba al dinero, al dómino, y tos los lunes me daba un puro. “Cuando vea que le doy un puro es porque he ganao en el fin de semana”
De manera que un lunes me dio un puro. Se había muerto Franco hasía…el día antes. Llegamos a la oficina, en el campogol, yo encendí el puro, llega el administrativo y va y dise:
-No ves ese, fumándose un puro, ¡Franco de cuerpo presente! y ¡¡él fumándose un puro!! Y… ¡¡¡ encima de Casabermeja, también!!!

Una de las veces que vino Franco a Málaga, Frasquito Navarro me dijo (Antonio el del Estanco) vamos a ir a ver…Franco iba pá las Cuevas de Nerja…Fuimos en moto y en el Cantal, en el Rincón, paramos. Yo tuve ganas de mear y me dirigí a una alcantarilla. Enseguía un guardia que se me echa encima… ¡Qué creía que yo iba a poner una bomba!
Resultó ser del cuartel de la Barranca y Frasquito lo conocía. Era un Alcántara… ¡menos má!
“Meterse, hombre, ahí en estos momentos,”me dijo.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Hablando Fino

Algunos iban al ejército, o, qué te voy a decir, a Málaga mismo, y volvían hablando fino, venían diciendo pamplinas.
-¡Oh!, ¿qué s’arbol eseste, papá?
- Vas a decirme qué árbol es, con las veses que t’as sollao el culo subiéndote en la higuera.
Bueno, eso se lo achacaban a Salvado el de Las Parras y a muchos, pero no es verdad. Eran chalauras que se desían.
Sí es verdad, tú ves, como era mu redicho Salvador, un día que Bastián Gallito estaba apuntándole a lo que a él le paresían unos pájaros raros, que volaban hacia Frentelasparras, y eran unas gallinas guineas. Entonses Salvador lo vió y le pegaba voses:
“¡¡Gallito, Gallito, no dispares,… que son aves de corral!!”

Un día en el Casino un cachondo que tenía un reloj con números romanos se lo enseñó al “padre Antonio.” y dío la hora: los números romanos, bien daos. Entonses, Alfonso Barseló que andaba por allí, le pregunta:
-Bueno, Bastian, y ¿tu sabes leerlos?
- Claro, si se lo hubiera enseñado el reloj a un chavea de estos, seguro que no lo sabían
Uno de los que estaban en el grupo, que tenía mal genio, especialmente con un vaso de vino ensima, se enfadó y dijo:
“Oyes, que me ha puesto de tonto perdío”.

El “padre Antonio” en la Boeguilla pedía:
“Pepe, echa pacá un cristalito.”
Era mu malagueño… se hizo mu malagueño.

Transcripción: Luis Torremocha