En la guerra estaba tó tan mal, pero no se perdieron las ganas de cachondeo, con Tomas muchísimo. Entró unas ves Tomas a un café y había un capitán de compañía y dío Tomas:
-Pero estáis aquí sin hembras ni ná; conmigo es que no quieren venirse ninguna, si yo tuviera tres estrellas, veríais. El capitán:
-Toma la gorra a ver si te traes alguna.
Asomaron tres o cuatro conforme vieron las tres estrellas…
El capitán:
-Ahora quea lo má gordo. Tú t’ has puesto mi gorra y tú sabes qu’ eso es un delito… y ¡¡ no chico!!, veremos a ver lo que se t’emparea.
Lo llevaron al cuartel y le enseñaron un papel:
-” Aquí tienes… no tienes ná má que dos penas de muerte”
-¿Dos penas de muerte por haberme puesto la gorra?
-Sí, si, dos.
-Y me van a matar por eso.
-Sí que te matan. Si alguien pué haser algo por ti es el amo de la gorra.
Nos pusimos a esperar allí... hasta que vino el capitán que estaba conchabao.
Éste:
-Hola, ¿qué?, Toma un sigarro.
-¡Yo qué voy a umar hasta que no se aclare esto! Y le enseña el papel.
-Esto es un delito, le dise el capitán… ¡yo qué voy haser por ti!, bueno… ¡quitarte una pena!
-Y… ¡con la otra me matan!
-Pues claro
-Mira, lo último que puedo haser por ti, porque te conozco, es que en ves de esta noche te maten mañana por la mañana…
Y ya rompieron el papel.
Otra ves, estando en la cárcel, el cura les dió una conferencia: que si Rusia se va a convertir…y yo no sé cuanto…lo que desían.
Y ya cuando remató el cura, sabiendo que la cosa sería lenta, le dise Tomás:
-Entonses, padre, ya se pué desir viva Rusia
-No ío, toavía no...
Cerca de onde él estaba, aquellos años de hambre, había unos perales cargaitos...”esta tarde voy a ver si hago un hueco pá coer unas pocas, se desía Tomas.
“Yo me subí al peral y ¡el tiro que me pegaron fue menuo!, caí al suelo y yo me tocaba por toas partes:’ ¿estaré muerto, estaré vivo?...Ví que no tenía ná…el amo del peral había tirao un tiro al aire y el susto que se pegó fue chico, má grande qu’ el mío, desía “a este me lo he cargao yo”
Transcripción: Luis Torremocha