“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Tenía un tío en América

Iba Agustín por el Puerto de Los Angelitos, hablando de la guerra, habías unas cavás llenas de agua, con mucho cudiao, porque llevaba un trae. Es que tenía un tío en Norteamérica que le mandaba ropa, calsao…; por unas botas deó de trabaar en un cortío. Las botas tenían unas hebillas, dorás por los laos, y el Señorito las quería: “Ñeta, Agustín, esas hebillas que tu no las quieres pá ná…”
S’aserca y me dise (Miguel): “no, éstas no las pilla él, porque antes me voy d’aquí. Y se vino…le debía 30 duros y el Amo le dío a otro: “por lo que se ve ya no viene. A ver si te da los 30 duros”. Y así lo hiso…
-Pues dile que no se los doy porque no me sale de los coones.
Tal como se lo dío, se lo dío al amo, que contestó:
-¡Así me gusta a mí, de caballería!!
Después lo pasó mu mal Agustín, mira que lo pasó mal: dolores, qué cosas, los brasos encorvaos, de tanta mies que había echao abao, que mala enfermeá al final

Transcripción: Luis torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Un baile… en aquellos tiempos oscuros y de implacable represión

Aquella ves, en la Feria, el baile, lo que meor había en aquello, es que con el acordeón bailaban algunas, las pocas que sabían bailar, y tós estábamos al asecho de la cuñá de Casanova, el cabo 1ª, pá verle los pelos del sobaco… que eso era lo interesante… en aquella época ver los pelos… ¡ya ves!...má de una paa caería aquel día…

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Más cosas de El Lugar

D. Diego murió. Era el boticario. Estaba Carmensita, su mujer, en la ventana y Frasquito el de La Fonda pasó y le dise: “Pobresillo, D. Diego murió, ¡hay que ver!…te quieres casar conmigo”. Y aquello queó como refrán en El Lugar: “ pobresillo, murió, te quieres casar conmigo”.
Otro Frasquito, que estaba loco, en el hospital le pusieron “libertá”, se escapaba tós los días.
Un día estaba uno, con mala reputasión, sentao en El Casino, con má gente:
-Estás má gordillo, tienes cara de tosino... ¡cara de guarro es lo que tienes!
-Vaya hombre, el loco éste.
Se le metió en la cabeza que era novio de aquella boticaria que se llamaba Da. Mª Dolores Ayllón. Se ponía en la mesa y con los cables de la lú hablaba con ella por teléfono.
La madre se lo achacaba a que se la meneaba mucho y le desía: “¡¡ay, qué mano derecha!!
Y él desía: “yo cuando me casé la llevaba lareá y lareá la tengo… y moriré con ella lareá…” Lo pasó mu malamente, estaban mu mal. Cebó una guarra, ellos estuvieron sin comer apenas, pero a la guarra la pusieron mu gorda. Cuando la mató se comió una morsilla como un anterrollo, con pan.., ¡una morsilla bien grande! Le dió un cólico y se iba a morir. Fueron a Colmenar por el médico, claro, el que fue por el médico le dío lo que había pasao, que s’había comío una morsilla grande y aquello era lo que tenía.
El médico lo estuvo reconosiendo: “pero, hombre, ¡quién piensa comerse una morsilla como un anterrollo!
“Cudiao, ni en Sevilla, ni en Madrid, ni en Barselona, méicos como éste ¡qué va haber!… cómo sabe el hombre éste que me comío una morsilla”.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: El guardia que no quería estar en El Lugar

Había un guardia que no quería estar en El Lugar: “yo me iba con los oos serraos a otro sitio, donde fuera, aquí no me gusta estar”.
Solisitaba el traslado, pero ni le contestaban y otra solisitú y ná…
Otro guardia que llevaba má tiempo allí.
-¿Tú tienes interés en irte de aquí?
-Yo sí.
-Pó vas a haser lo que yo te voy a desir y seguro que pasan tres días y te vas.
-Bueno, que tengo que hacer
-Te vas al sementerio, por la tarde. D. Diego Bolaños viene de casar, de Bocanegra, toas las tardes. Le quitas la escopeta y verás que pronto te vas de aquí.
Y eso hiso. Se fue al sementerio
-¿Esa secopeta tiene papeles?
-Yo no me he traido los papeles, ni falta que me hase.
-Traiga la es copeta pácá
D. Diego se fue ancá Juan Marín: “preséntate en El Jaral, donde estaba el general, y dile que m’han quitao la escopeta.
Al otro día, o a los dos días, un carro en la puerta del cuartel cargando los mueblesillos del guardia.
Fue a darle las gracias a D. Diego:
-Es que yo quería irme del pueblo y me voy grasias a lo que ha pasao…
-¡¡Vas a venir a mi casa después de haberme quitao la escopeta!!
-Es que quería irme
-Pues lo podrías haber dicho… y te vas lo mismo.
Esas son las cosas de allí, de Casabermea.
Yo cuento estas cosas pero estoy mu agradesío al pueblo. Mi muer murió allí y tó el pueblo se volcó.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Una de quintos

Cuando Juan el de la Pastora se fue al Alhaurín de la Torre empesó a arrimar arena pá una obra. Un hombre que pasaba por allí le preguntó:
-¿ Tiene Ud. permiso?
-Yo no
-Pues aquí pá traer arena, vasiarla ahí y eso hay que sacar un permiso.
-Yo que sé, en mi pueblo no pasa ná de eso.
-Vd. ¿de donde es?
-Yo de Casabermea
-Bueno, ¡¡ buen pueblo!!
-¿Por qué?
-Yo h’ estao de guadia sivil años y conosco bien ese pueblo.
Le voy a contar: estando yo allí hubo una quinta…los quintos la corrían esa noche. El comandante del puesto no estaba esa noche. El alcalde del pueblo vino: “es mester que deis una vueltesilla, los quintos se emborrachan, hacen motivos”.
Salimos otro y yo. Por las Cuatro Esquinas unas borracheras., pero no pasaba ná. Le digo al compañero: “ vámonos a dormir, al cuartel. Aquí no pasa ná , qué va a pasar. Cerramos la puerta y no habíamos hecho ná má que serrar, dies tiros le pegaron a la tablilla del sierre. Mus tiramos a la calle otra ves y cualquiera los pillaba.. por las Piedras de Mitra que ellos conocían tan bien…
Esas son las cosas de los quintos de Casabermea… No, hay má

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Viaje colectivo

Iba Luis el de la Hueva con otros, con un billete colestivo que daba el gobierno sivil, a Barselona. Al salir de Málaga se pusieron d’acuerdo en ir tos juntos hasta llegar. Cuando iban por ahí arriba, por onde fuera, por una estasión paró el tren. Se baaron dos o tres, y Luis; los demá se quearon allí. Un revisor les dío:
-¿Ustedes pá onde van?
L’enseñaron el billete y:
-Pues en este tren no pueden continuar. Tienen que coer otro en la prósima estasión.
Llegan al vagón los que s´habían baao: “bueno, ahora no poemos continuar en este tren, tenemos que pillar otro en no se qué sitio.”
-¿Quien ha dicho eso? Nosotros carguemos en Málaga y d’aquí no se va nadie hasta que estemos en Barselona, dío Luis.
Andaba por allí el inspestor y dío:
-¿¡Quién dise que no s’abaan d’aquí!?
(Luis lo vió y pensó “este es alguien importante”)
-¿Cómo que s’abaan las criaturas con esto andando?
-Hombre, andando no, cuando se pare
-Ah amigo, ya eso es otra cosa

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Tomas Saavedra

Tuvo una gripe y, chiquillo, con fiebre de 40 y le dise un ío.
-¡Eso que calentura es!, eso es calentura alguna.
-Hombre, si t’empeñas que hubiera llegao a 60
¡¡Ya ves, un vieo con 40 de calentura…!!

Estaban en Donramiro Tomás y sus íos. El mayor le pidió má sueldo, un aumento de sueldo al patrón y se lo dío al padre. Y el padre:
-Y eso, nosotros no mu vamos a haser una estampa de plata
¡¡Qué inocente era!!

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Reencuentro

Una ves – desía mi mamá (Antonio)- hubo unos frailes en El Lugar. Mi abuelo, que bebía, alpistelao, -yo no m’acuerdo d’él…; bueno, si se casó mi mamá después de morir él-, entró mi abuelo en la ilesia y estaba el fraile predicando… la forma de saludarlo fue mu apañá, con su humera va y dise: ¡Ehh, no creer ná de lo que está disiendo, que a ese lo conozco yo, que estuvo en la Guerra del Norte conmigo…
Al terminar s´asercaron algunos beatillos:
- Mire, es que bebe pero es mu buena persona
-Pero lo qu´ha dicho es verdá.
Y luego estuvieron charlando: huyendo del enemigo se metieron en un hueco y una liebre cayó dentro, la asaron y se la comieron. Todas esas cosas estuvieron rememorando mi abuelo y el fraile.
Era la guerra de los carlistas que la llamaban la Guerra del Norte.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: De alcaldes

El primer alcalde de la República fue Antonio Miñaque, el 2º Cocurra y el 3º Frasquito El Mirro…
Cuando estalló la guerra cambiaban cá dos por tres. S’iba el alcalde a los carabineros, otro; s’iba a los carabineos, otro. Uno de los últimos fue Antonio Galán y Manuel Billoto: “ea, ya han bajao el último escalón.”
Después vino Antonio Crus, que le pegó un tortaso a Juaquin el de la FAI
En la taberna de Antonio Cuella, -como ellos se constituían en autoridad de orden público en tos los laos- entraron Juaquin el de la FAI, que tenía la carilla de chivo, y el Moreno echando tós a la calle. Se levantó Antonio Crus y le dío a Juaquín:
-¿esto quién lo manda?
-Yo, respondió Juaquin
Le metió una hostia que lo empampanó…y… a los tres días alcalde.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: “ El Centro”, continuación

Antes de tomar dimensiones estaba en la Plasa Nueva, ancá Frasquito Plasa o al lao de
Garsía, aquél que había sío consejal de Jaén y dirigía las obras de los carriles de El Chorro, la Albarrá…
Cristobalito el de El Corralón era el secretario de los “Pioneros”…Miguel Cascales el presidente. Estuvo la sociedá en el cuartillo de Bastián Peres.
Los “pioneros” eran niños , muchachos, íos de rojos. Pá indicar lo que eran lo que llevaban era una corbatilla colorá con la hosesilla y el martillo en medio.
Iba Paleto, el mayor, en el correo de Juan Reondo y le dío Andrés Billoto:
-Tú también vas a defender España
-Conmigo no contéis que me voy con los del corbatín.
El padre de Paleto le desía a su ío:
-Pepillo, con ese cacho cuerpo que tienes apúntate a esas melisias
-Como yo me haga melisiano a los primeros que me cargo es a ti, a Perico Marinés y al Alfarnateño.
Y estuvo en la guerra y cuando llego desía que los rojos estaban perdíos y así era.
Luego lo mató de una patá un sargento cuando no había guerra…
Manuel, uno asiduo, estuvo una noche hablando en “El Centro” y dío: Señores, nosotros, los trabaadores, tenemos que comermu las costillas de los ricos”…; sí ¡era un orador bueno!
El padre estaba allí: “tendrás meor entaura que yo, Manolillo

Transcripción: Luis Torremocha