“LAS COSAS DE EL LUGAR”: D. Antonio Yañez

Era de los curas má antiguos.
Como era rácano, tenía la despensa cerrada con llave y se la llevaba siempre. Hiso el ama de llaves un día de invierno gachas y le salieron mu blandas; la probe, era casi la hora de comer y no sabía lo que le iba a haser a las gachas.
“Bueno, yo voy a ir a la ilesia, a hablar con Pepe el sacristán y le voy a desir que le diga al cura en latín que me dé las llaves de la despensa, que las gachas han salio mu blandas.”
El sacristán: (imitando el gregoriano)
-Di-se Ma-ría la nos trua que me des las llaves del ha-ri-ne-us… que l’ ha salío blan-des el gacheus...
Dise D. Antonio:
-Dí- le a María la nos-trua que no le doy las llaves del ha-ri-neus, que les meta me-chá-nis, me-chá-nis hasta que haga fós-foro, fós-foro-faaati. (Sic, Cristina)

D. Antonio era mu despistao: Le vendió 12 fanegas de trigo, la sirvienta, se las quitó, y le dío” eso son los gorriones, las palomas de la torre… ¡como las ventanas están abiertas!”
Y él se lo creyó: “bueno, así será.”

Con esto de las mandas había en Casarias una viencita, en la esquina, que está toavía. Toreó uno del Arroyo Coche que le desían Curro Amores. A los pocos días, una hermana, como salió bien de la corría, fue y le llevó un litro de aseite, se lo deó allí., en el nichillo. Aquel día no tenían gota de aseite pá comer en el cortijo. Dío Juan José, el manijero:” ¡bueno, ea, ya pá hoy tenemos aceite”!

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: D. Antonio Rubio y D. Juan Cómitre Ramos

D. Antonio Rubio 2


Cuando las campanas aquello fue con el cura D. Antonio Rubio... le revolucionemos El Lugar, los mismos. Había malestar… que si se iban a llevar las campanas…, tal y cual.
Diimos dos o tres cosillas en dos o tres tabernas y se levantó El Lugar en contra de aquello… y ná.
Después juntaron el dinero entre él y algún amigacho más, las cargaron, a escondías, y, como las tenían desmontás, se las llevaron… y ya la campana gorda no es la que había...; no, la gorda sí es la que había; es la chica, la que da pá la ilesia, que la montaron y hasta le dieron un porraso a una esquina con el helicóptero.

D. Juan Cómitre Ramos


Estuvo en El Lugar, después estuvo un poco de tiempo en Zafarraya y fueron, porque la Billotica era la criada de la casa y tos los Cucharetas tenían una cierta amistad con él, y fueron unos arrieros de la calle Llana por cebá y los llevó a enseñarle la ilesia: “no tiene comparasión con la del Pueblo, pero es mu bonita también”.
Llegó a vicario general de Antequera. De ahí pasó a Málaga, y poco tiempo después, canónigo. Se ha muerto hace poquillo…En Las Hermanitas de lo Pobres de Antequera.
Mu caprichoso… y tenía que ir una hermana a comer con él, allí, tos los días.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: El vecino del párroco y el Sr. Obispo

En los años cuarenta el obispo realisa una visita pastoral a El Lugar.
Tras una mañana intensa, el meresío almuerso en casa del párroco.
Cuando estaban comiendo alguien llega y le pide al cura llevarle el santolio a un familiar que agonisa.
Por no dejar solo al Sr. Obispo, el cura llama a un buen hombre, vesino y amigo, para que le diera conversasión, lo entretuviera.
El vesino, que no se había visto, amás, en semeante apuro, no encontraba tema ni palabras convenientes para iniciar la conversasión: Garraspeos de garganta, mirás al suelo, tosesilla: mu apurao.
Y como en el pueblo el hijo seguía siendo cabrero, albañil, gañán, albardonero… como su padre, le vino a la cabesa al aturrullao acompañaor un tema de conversasión:
- Bueno, Sr… Sr. Obispo, Ud...Ud: obispo... como su padre, ¿no?

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Continuación de “los curas del Lugar.” D. Manuel Ballesteros

El 16 de febrero, cuando ganó el Frente Popular, en el 36, estaba él de párroco. Ya la izquierda tomó empue. Paquillo G., que era un arrancao, algo le diría a D. Manuel que pasaba por La Plasa, donde los obreros hasían plasa..; sacó D. Manuel una pistola y Paquillo tuvo que salir huyendo; chiquillo, volaba, ¡qué iba hacer!
Le sacaron una coplilla que terminaba: …” y a Paquillo G. lo plantó en la juente Caqui.”
Vivió en la casa de Bastian Caldera y como hasían en el Lugar se pedía pá el Día del Señor.
Uno de los que pedían era D. Manuel. Mi abuelo (de Antonio) me dió dos pesetas y me dío: “toma esto y lo llevas ancá el cura”
Llegué, pegué con el picaporte y dise el cura:
* ¿Quien es?
* -Yo
Sale pá fuera y va disiendo:”… bueno…, a ver quien es este yo.
Le di el encargo y me fui
Después vivió en la casa de Mariquita Montiel, en la calle Lalbarrá

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”.El cántaro de aceite:

Juanico Acinto en la campaña del molino de aseite tenía la costumbre de mandarle a los curas un cántaro de aseite pá el Santísimo y tos los curas daban una propinilla.
Estando D. Francisco Pinto, dos de los empleados del molino estuvieron discutiendo a ver quién iba. Por la propinilla: ¡ qué años aquellos!.
No se pusieron de acuerdo y fueron los dos.
D. Francisco estaba comiendo y:
-Mire, que Juanico Acinto tiene costumbre...;
-Ah, ponerlo ahí...
Ellos se quearon esperando y D. Francisco se dió cuenta de lo que esperaban. Se levantó, les dió unas palmaitas en las espaldas mientras les desía:
“Estoy mu agradesío. El día que sus muráis, en vez de llegar a la puerta de los carpinteros, voy a llegar hasta el Portón”.
“¡La mare que lo parió! Chiquillo, que mus ha matao… ¡¡que es lo que a nosotros mu hace falta!!, salieron comentando.”

Transcripción: Luis Torremocha