“LAS COSAS DE EL LUGAR”: La Pirinaica

Ponían La Pirináica en El Casino y ni Miguel ni María sabían ná, a la entrá de la escalera, la radio, y unos pocos, allí, escuchando, y estaba una noche hablando de Rusia… que habían hecho unos presupuestos para construir un pantano… o no sé qué cosa, por no sé cuantos millones de rublos y dice Miguel: “anda que trillan con tablas.” Había entendido rulos.
Otra vez desían en la Pirenaica que a Franco le esperaba la horca y la tumba y desía el Mellizo: “Eso de la horca es que va a ir a bacinar…eso no tiene que ver con ná…”
Otra noche estaba yo (Antonio), después de salir de la cárcel, buscando La Pirináica y era mu difícil. A mi papá le gustaba escucharla, pero después de yo estar preso le daba susto y va y me dise: “sí, sí, ponla que ahora con poco son se baila”.
A aquel Manuel, el capatás, estuvo preso por eso, lo pillaron con su hermano, que era rojo, escuchándola. Manuel era de derechas. De la Falange de las Arcas, de tu tía Juana (Juana Duran) y aquella ente… él había ío a ver a su hermano… y lo pillaron. En la cárcel lo iban matar. Él desía: “ cudiao con haberme traío a mí aquí , a mí me gusta el Caudillo…”. En el calabozo no se cabía y pá ir a orinar de noche, a conciencia, chiquillo, los presos, unos pisotasos le daban…” este carretero mierda, a qué habrá venío aquí…” y ya Ramón el del Puerto La Horca, que eran vecinos, le dío: “mira, tu seas lo que seas, te estás callaito, te hases el rojo, si no te matan…”, y ya cambió y lo dearon.
Con la pirenaica… hasta que el guardia Casanova lo prohibió.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: La muerte de Franco… y otras precauciones

Cuando yo (Miguel) trabajaba en el campogol, en el año 75,-¿no fue el 75 cuando murió Franco?- había uno de ahí, del Puertolatorre, ¡un tonto!, allí le desían “El Gorrilla.” Tenía una gorrilla de hule y jugaba al dinero, al dómino, y tos los lunes me daba un puro. “Cuando vea que le doy un puro es porque he ganao en el fin de semana”
De manera que un lunes me dio un puro. Se había muerto Franco hasía…el día antes. Llegamos a la oficina, en el campogol, yo encendí el puro, llega el administrativo y va y dise:
-No ves ese, fumándose un puro, ¡Franco de cuerpo presente! y ¡¡él fumándose un puro!! Y… ¡¡¡ encima de Casabermeja, también!!!

Una de las veces que vino Franco a Málaga, Frasquito Navarro me dijo (Antonio el del Estanco) vamos a ir a ver…Franco iba pá las Cuevas de Nerja…Fuimos en moto y en el Cantal, en el Rincón, paramos. Yo tuve ganas de mear y me dirigí a una alcantarilla. Enseguía un guardia que se me echa encima… ¡Qué creía que yo iba a poner una bomba!
Resultó ser del cuartel de la Barranca y Frasquito lo conocía. Era un Alcántara… ¡menos má!
“Meterse, hombre, ahí en estos momentos,”me dijo.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Hablando Fino

Algunos iban al ejército, o, qué te voy a decir, a Málaga mismo, y volvían hablando fino, venían diciendo pamplinas.
-¡Oh!, ¿qué s’arbol eseste, papá?
- Vas a decirme qué árbol es, con las veses que t’as sollao el culo subiéndote en la higuera.
Bueno, eso se lo achacaban a Salvado el de Las Parras y a muchos, pero no es verdad. Eran chalauras que se desían.
Sí es verdad, tú ves, como era mu redicho Salvador, un día que Bastián Gallito estaba apuntándole a lo que a él le paresían unos pájaros raros, que volaban hacia Frentelasparras, y eran unas gallinas guineas. Entonses Salvador lo vió y le pegaba voses:
“¡¡Gallito, Gallito, no dispares,… que son aves de corral!!”

Un día en el Casino un cachondo que tenía un reloj con números romanos se lo enseñó al “padre Antonio.” y dío la hora: los números romanos, bien daos. Entonses, Alfonso Barseló que andaba por allí, le pregunta:
-Bueno, Bastian, y ¿tu sabes leerlos?
- Claro, si se lo hubiera enseñado el reloj a un chavea de estos, seguro que no lo sabían
Uno de los que estaban en el grupo, que tenía mal genio, especialmente con un vaso de vino ensima, se enfadó y dijo:
“Oyes, que me ha puesto de tonto perdío”.

El “padre Antonio” en la Boeguilla pedía:
“Pepe, echa pacá un cristalito.”
Era mu malagueño… se hizo mu malagueño.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Casarse por poderes y El entierro de Hazaña

Casarse por poderes

Pepe Granaos que vivió en la parte de arriba de la taberna de Juanito Ramos, se había casao con la Characa, antes se habían juntao pá librar a Pedro.

Mi hermano Frasquito (Miguel) se casó por poderes y al año o dos años se juntaron.

Casarse por poderes es casarse con una novia postisa. Por ejemplo, la tita Bastianica: el novio estaba en América y uno hiso de novio aquí y ella de novia y se casaron así, pá poderse ir pá América, llamá por su marío.

Bolaños casó a Antonio (el del Estanco) por poderes. El padrino era Juan el Ingeniero, con un poder otorgao por Antonio… era el año 70, cuando la caía, porque él estaba mu implicao...estaba mu metío a través de Javi. Incluso había sido interrogado por un polisía, muy amable. Yo (Antonio) creo que lo mandó mi familia para asustarme…


El entierro de Hazaña

D. Francisco Hidalgo… era chicuelillo, - ah, yo no lo encontraba así-…fue cura en la República y en la guerra Cómitre, que fue vicario. Estuvo escondío en la calle Jinete, vendió verduras…y volvió aquí y era el que, cuando tomaban algún sitio, se hasía una manifestasión y él daba el mitin en el balcón del ayuntamiento.
Por aquel día se hiso un entierro de Hazaña de burlesco: Juan Gallito de cura, Luis el carpintero con gabardina negra…, con sus Gori-goris…, hisopos… El cura Cómitre: “ esto no puede ser, es una mofa de la religión. "
El cabo Hernández salió a prohibirlo pero M. Perche dío que pa lante`
. Farriñas, que iba de sacristán, al ver aquello, se volvió en las 4 esquinas .Después explicó que es que querían que fuera su papá y no estaba en condiciones y por eso había ío él.


Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Fiambrera, otro Fiambrera y de vendeores y feriantes

“Fiambrera”: aquel sargento…” que to era meor en su pueblo que lo que había aquí….que no sabíamos trabaar en el campo, que lo que se sembraba de trigo aquí tenía que ser otra cosa…que no sabíamos ugá a las cartas…que no se hasían posos, que en su pueblo se hasían posos”..: ¡¡ En su pueblo, tó era meor!!
Cuando la caía aquella, la del 70, el veterinario, D. Emilio: “Anda que diga ahora que en su pueblo hay más comunista qu’ aquí.”

También estaba Fiambrera, que era pelirrojo, con los pelos revueltos, que era de Cútar, tenía un quiosquillo y lo mareaban muchísimo, hasta lo hasian llorar. Unos caramelillos maluchos, endebles, se le derretían al sol.
Venía también aquella rubia, que vendía arvellanas y le hasian trastás: una trupe de rapagones le tiraron las arvellanas y se mató llorando, la pobre.

El guardia civil aquel que le pegó el tiro a El Espartero, que lo deó coo, le pusieron también Fiambrera.

Los feriantes, que eran siempre los mismos. Vino uno, el de los cuadros, con una guapetona y se la llevaron unos cuantos al arroyo Aranda. Pasó lo que fuera. Pedro Rios vió la cosa desde su corral y después lo selebraba mucho. Bueno, los metieron presos y, a Pedro también, y el padre luego le desía: “Periquillo, otra vez que te metan preso que no sea por ver los toros de la barrera.”
Era Encarnita o…Elisa. Fueron a buscarla, la llamaron y ella contestaba: Aquí estoy en estas ¡profun-Di-Da-deees!
Es que en aquellos tiempos el aburrimiento en El Lugar era tremendo. Mucho trabao, de sol a sol, en los cortíos y no había ná que ver, ná… ¡Hay que ver!: Chiquillo, unas borracheras, quimeras, quimerasos…surgían matones…

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Clases particulares 2 y Despistes o la fuerza de los apodos ·

Clases particulares 2


Pepe El Carpintero estaba enseñándole –había estao en la escuela una temporailla- a su Frasquito los días de la semana, los meses del año y… Frasquito se iba de los meses a los días de la semana… y los liaba:
Enero, febrero, lunes… martes… mayo… abril
Y entones Pepe, mirándolo con guasa, le desía:
“Y la feria del Trabuco te la deas atrás.”


Despistes o la fuerza de los apodos 

Llega un forastero al Lugar y se encuentra a Pedro El Mono y le pregunta:
-Buen hombre, vengo pá hablar con D. Pedro Sánchez Mendes. ¿Lo conoce?
-No, no…no sé… ¿y el apodo?
Le disen “El Mono”
-Servidor de Vd.

Antonio El Lagarto trabajaba en Málaga y se vino con un camionero.
-Yo estao en la mili con uno de Casabermeja, se llamaba José Amores Muñoz. Vd. ¿lo conoce?
-No…no…yo…me suena, pero como no sea por los apodos
-Pues también tenía apodo. Lo llamaban El Lagarto
-Cucha, ¡¡ ese es mi Pepe!!

Juan El Lagarto ugaba al dómino con Alfonso y lo mareaba mucho: “yo estoy ugando solo”…le gastaba muchas bromas… se tenían mucho aprecio.
Se murió Alfonso y le desían:
-Me cago en la mar, Juan, cómo se murió Alfonsillo
-¡¡Me cago en la mar joía!!No mentármelo siquiera!

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Cristóbal el de La Morena y Pepe Plaza

Cristóbal el de La Morena


Vendió Cristóbal ½ fanega de tierra que tenía, cuando el estraperlo, pá echarse a estraperlista con el mulo y… cá ves que salía, lo pillaban…, y estaban cá ves má mal, má mal en la casa. La madre que no estaba mu al tanto de la cosa, desía:
“Oyes, disen las entes que con el chancleteo, -que era el estraperlo-, s´estan poniendo munchos ricos. En mi casa desde que mi Critobitas dispuso de echarse al chancleteo, mi casa patrlás, patrlás, patrlás…




Pepe Plaza


Pepe Plasa, con los años, le dio por la beatería.
Me acuerdo (Antonio) una noche en la Sinquina,- a lo meor Fernando el de la Cuchilla. Sí, Fernando. Iba toas las noches del Molino del Chileno a la Sinquina, a la de Antonio Cañá… ¡y lo que llevaba… perdía!... Nunca dijo “alto”…, pero una noche le tocó una sinquina:
“¡¡Alto!!. Me cago en dios y en la virgen puta,”
Y le desía Pepe Plasa:
“Oyes, no tienes bastante con cagarte en la Virgen; oyes, tiene que ser puta, ¡también!”

Crió unos guarrillos Pepe y fue a matárselos Clemente Villarrás. Tenía mosto Pepe Plasa y Clemente le tiró bien...Pelando un guarro se cortó una miilla:
-¿Cómo me las he arreglao yo pá cortarme? ¡Me cago en dios!
Y Pepe Plasa:
¡“No ves qué gracioso!; míralo,” ¡qué primor!
Pepe desía que había visto a Dios.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”: Peresonajes de El Lugar, Más sobre Joseito Caliente.

Llamaba “Primo, Primo” a tos los jóvenes y a los mayores “Tito, Tito.”
Una vez, él andaba por ahí, se queaba en cualquier sitio, le preguntaron:
-Joseito, anoche, ¿a ónde te queastes?
-En una finca que hay ahí en El Forestal, que ahora no m´acuerdo cómo le disen.
Empesaron a mentarle lagares:
-¿El Pañero?
-No.
-¿Chinchilla?
-Tampoco.
-¿El Doraor?
-Tampoco.
-¿Sería Pocopan?
-Ese sería…, porque la Tita me dío cuando llegué que no tenía ni pan.

Por cierto que de burlesco a Pocopan le llamaban La Tahona.
Vino de Madrid Salvaor el de Las Parras y le dieron:
-El primo Ramón s´ha echao una novia.
-¿De a onde?
-De la Tahona…jajaja.


Estaban hasiendo el poso de Colores. El posero estaba dentro y los demás hasiendo la bocamina y llegó la hora de la umá y el hombre, hasta que salió del poso, ya estaban tos fumando. Era de El Palo va y dise:
-No ves, vengo tarde. Primo, primo, estais echando má humo que la calera de los Diegares.
-¿Y eso?
-Pues un tonto que va por El Palo y pá peir un sigarro: “Primo, primo, dame un sigarrillo que eche má humo que la calera de los Diegares.”

En la Posá de Bastian Samarra se untaban unos cuantos chuscos. Al lao vivía un hombre que le desían Blanquilla, el padre de las Blanquillas que hemos conocío de la calle Llana. En la Posá de Pancho, al lao, vivía Chorrohumo y Concha, tenían tienda allí. Los chuscos le desían a Joseito- Caliente - era mu exacto pá esas cosas- tu te pones en medio de las dos casas y dises:
“¡Soy má hombre que Blanquilla y mucho má desente que Chorrohumo!”
Blanquilla no salía pero Chorrohumo, que era inocente, salía:
-¿Quién t’ ha dicho eso?
- Los niños del Pueblo… los niños del Pueblo.
Nunca desía quién lo habia mandao. Era una buenisima persona. Ni a los niños era escapás de haserle ná.

Un día venía por las cuatro esquinas con una carga de aseitunas y lo pisó el mulo:
“¡Arre,mulo, alsa la pata, qu’has pisao al primo!

¡Pobresillo!… a lo meor fue víctima de la guerra… como iba mucho andando al Sauseo, lo mismo atravesó la línea, le dieron el alto, no se paró, no hizo caso y lo mataron. También se dío que s’había ahogao en un paar…, lo má frecuente es lo otro.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”:Relatos de Critina 2 “Chascarrillos”

Anica La Perica y D. Ubaldo


Esto que voy a contar son de las cosas de la ente del Lugar, de aquellos tiempos, ya ves, tampoco estábamos…
Había una que le desían Anica La Perica…que estaba casá – tú no t’acordarás, ¡edad tienes!- con un ío de La Espartera, Manolo el de La Espartera… y la muer, pues tuvo una niña. -Ya ves, ¡ en El Materno no estaba!- ... y la niña nació mu chiquitilla, mu endeblilla. Se puso malilla. Estos esparterillos eran mu chiquitillos, angelitos.
Llamaron a D. Ubaldo que estaba allí. Y llega D. Ubaldo y dise:
-“Uui, la niña esta malita, mu débil, hay que ponerle penicilina, hay que ponerle penicilina.”
Y le dise la madre:
- ¡Ay!, D. Ubaldo, si yo tenía pensao ponerle Anica, por mi mamá.



D. Ubaldo y el hombre del Campo.


(A veses me se va la olla, ahora no me acuerdo lo que te iba a decir… espérate a ver si me acuerdo… ya m’acuerdo…)

Cuando estaba aquí D. Ubaldo. Tú te acuerdas…y hasta los maestros…los niños mu encontrábamos al maestro por la calle y le dábamos de lao porque mus daba vergüensa, (¡los mismo que ahora, que se emplean en ellos!...)
Bueno, vamos a lo nuestro.
Vino un hombre del Campo a la consulta de D. Ubaldo. Los probeticos venían má cortos que las mangas de un chaleco. Entra el probe con la gorrilla en la mano…
-¿Se puede?
D. Ubaldo mu buen médico pero mu seco. Dios lo haiga perdonao,..
Lo ve, le hase la reseta y se va el hombre a la botica. Era el tiempo que empesaron los supositorios. El hombre atienta, ve que aquello estaba blandillo, alargaillo… y como D. Ubaldo hablaba poco…, le daba mucho corae cuando le preguntaban, el probe s’estuvo mu callao..Otro hombre del Campo lo estaba esperando pá irse los dos en la bestia y le dise:
–Mira, voy a tener que entrar otra ves a hablar con D. Ubaldo. ¡Tu verás, ahora se enrita, pero tengo que entrar, porque, mira, m’ha mandao esto, que yo no sé lo que es…

(Ahora s’cortao esto en medio de la’stasion… Ah, no, me paresía que s’había cortao).

…Bueno, entró el hombre:
-Mire Ud. D. Ubaldo… que he tenío que venir porque esto no sé yo como me lo tengo que tomar.
-¡Eso te lo tienes que poner por el culo!!
El hombre no dío ni pío. Sale y el vesino que estaba esperandolo con la bestia en la puerta:
-¿Qué t’ha dicho?
-Esto es tirao… L’ he preguntao que cómo me lo tengo que tomar y m’ha dicho que me lo meta por el culo, y ¡ahora lo voy a tener que tirar!

(¡Pobretillo el hombre, tampoco había cursao las medesinas en la universidad de Salamanca!)



Bastian Gallito y Miguel Chiquetán


Fueron de fiesta, por ahí, a los Portales, o al Arroyo Coche, donde fueran. Se pusieron alegretes y se pusieron a cantar. Y Bastian Gallito dío:
“Aunque soy forasterito, no vengo en busca de amores, que m’he deao en mi casa el primor de los primores.”
Y estos chiquetanes , como son tan graciosos…la muer, Osefa La Mona; ya ves, una casa ente, y no hasía má que blanquear en la calle…
Y le dise Miguel El Chiquetán:
-No será pá poner piesas-. (Porque llevaba unas piesas puestas en el culo, qu’ antes cuando se rompía, ponían piesas…y había quien las cosía mu bien y otras…y las piesas de Bastián paresían la capaura una guarra.
-State callaito., state callaito, le contestó Bastian.

Transcripción: Luis Torremocha

“LAS COSAS DE EL LUGAR”:Personajes de El Lugar: Juan Pintamonas

Estaba de manijero con Pedro Pascua…un día de esos nublaos, que ni llueve ni ná, pero como estaba sordo del tó, los sobrinos, mirando al cielo, le desían:
-Suena, suena bien…(la tormenta)
-Si queréis muchacho mus vamos
-Sí, si… que esto... que se funde el mundo en agua.

Un día iba con el mulo y vió una comadrea que se metió en el borde de la era y conforme iban los otros acercándose a la era:
“Chiquillos, no arrimarse ahí, que s´ ha metío una madreviea…eso es mu malo.., ¡como un mulo de grande!…”

A Frasquito Vera se la aventaba la mula…tenía que andar medio mundo buscándola. Cayó una tormentilla y la mula hiso lo mismo: se escapó. Era, allí, por Las Minas, y pasó por cerca de unas tres cuartilla que Juan Pintamonas tenía, a la vera de la era del Mirro. Vió Pintamonas venir a Frasquito Vera y le dío:
-Frasquillo, por lo mío no, por ahí, má abao, ha pasao. Allí van los rastros, pero Frasquito siguió pá lante. Es que había llovido y la mula había tronchao trigo y no quería que pasara.
A los má o menos días:
-Mira que te díe..., pues pasates por el rastro de la mula…¡no m´has hecho daño ni ná..!., con esos pies como cuartillas que tienes… ¡ná má que no m´has doblao trigo!

Eran primos y se gastaban bromas. Le desía Juan Pintamonas:
-Primo, t´acuerdas que sembrastes la media de garbanzos y no cogistes ni uno…ni uno: ja,ja,ja...¡Y yo doce costales de habas de la mía!.

Frasco un día estaba en la loma del Encebro, estaba contando:
-Mira, primo, yo de muchacho yo estaba con las yeguas del Encebro, de ayuante del yegüero y una noche –estábamos de noche por ahí,- chiquillo, s´empareó una tormenta. Mira, mus íbamos ahogar, mira que llovía: ¡ truenos, relámpagos…!
Pintamonas:
-Qué buena ocasión pá que t´hubieras quedao allí.
…”Mira, lo que no caería que apareció el amo en un caballo y me subió en él. Saltó una cañá, el caballo pegó un salto grande..., menos má que no me caí.”
-Qué otra ocasión pá que t´hubieras quedao allí.

Asinto cuando ya estaba mu enfermo, que se iba a morir, al sordo Pintamonas, -que le daba mucho susto de los muertos-. Vivían allí, a la vera del simenterio.- Asinto le desía a Pintamonas:
-Cuando yo me muera, vengo una noche, cuando estés dormío, te agarro de una pata y te llevo al simenterio
-No, Asintillo, no ío, no hagas eso.
Cuando se murió, la entes lo sabían, se lo mentaban, le desían:
-¡Juan, pobretillo Asinto, cómo se murió!
-¡Sí, sí, ío, mu bien… mu bien!; pero ¡ no me lo mientes, hombre! ¡¡ No me lo mientes!!

Transcripción: Luis Torremocha